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junio 25, 2020 a las 2:56 am #816MonikaParticipante
Texto de sala de la exposición del junio 2017 en Museo de la Ciudad de Mérida
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En el texto de la exposición Extranjerías y otros extrañamientos de Néstor García Canclini y Andrea Giunta (2012) leemos:
Una de las experiencias de la extranjería perturbadoras respecto de lo “propio” es la del migrante o exiliado que retorna a su país de origen diez años después y, al expresarse frente a sus connacionales con gestos o palabras que ya no se usan, escucha que le preguntan “¿usted no es de aquí, verdad?” (https://xurl.es/rwa7r)
La cita veo como una descripción de la analogía entre mis experiencias y la novela “El pájaro pintado” (Kosinski, 1965). Mientras que, el titulo del libro hace referencia a un juego, un entretenimiento cruel de los muchachos de algunas zonas rurales de Europa Oriental, que constaba de atrapar un pájaro y pintar su plumaje de colores vivos para después soltarlo de vuelta con sus semejantes, cuáles –tomándole por un intruso que podría poner en peligro los demás de la bandada –lo picotean hasta la muerte. Así pues, el último viaje al país natal me reveló las diferencias y cambios que me “pintaron” en el transcurso de los 16 años de vivir como yucateca. “¿usted no es de aquí, verdad?”
Me decido: entender, hablar, leer y escribir en español. Por muchos años prácticamente he dejado la lengua materna colgada en un perchero, como un abrigo traído de Polonia, que esperaba su temporada; su “algún día”. (Despintar el pájaro pintado -> leer escritores polacos en español).
Sin embargo el despintamiento revela mi condición entre zonas. Mi acento me delata.
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¿Y si una pintora polaca –que desde la analogía del pájaro pintado– decide librarse de la pintura e incorporarse en la tradición del contexto ajeno (la tradición no necesita nativos), mientras el proceso del despintamiento revela su condición entre zonas?
¿Y si estudiar enfermería entre una maestría en arte y otra maestría en arte fuera la razón para expandir el campo del arte?
La ventaja del arte heterodoxo y contemporáneo es la libertad del movimiento en el campo expandido. Hiperculturalidad abre las ventanas y conexiones. Aparentemente nos libramos de las clasificaciones y etiquetas. Los que quieren pintar y en la pintura encuentran su plenitud no son más equivocados que los que hacen otras cosas. En mi caso llegué al final de un callejón sin salida, y es algo que me corroe desde hace mucho tiempo. La decisión de dejar Polonia y viajar con “one way ticket” para incorporarme en la vida de la península tuvo mucho que ver con esa crisis de la pintora frustrada.
¿Para que seguir pintando? Lo interesante es que la mayoría de los que intentan convencerme para que lo haga y defienden mis cuadros, en realidad sólo conocen las fotografías de mis cuadros. Entonces, lo que importa serían las imágenes, y no cuadros en sí.
¿Para que pintar cuadros cuando la humedad de la gran mayoría de las paredes yucatecas es perniciosa para ellos?
¿Para que llenar mi espacio de las cosas cuando ya he experimentado las múltiples mudanzas y la maldición de tener demasiadas cosas?
Considero que desprenderse y observarse desde afuera cuestionándose sobre el sentido, transcendencia –o quizá– validez es también un proceso artístico. Establecer un diálogo introspectivo para poner en la balanza los valores emocionales que nos mueven a crear una obra.
Y sin embargo comparando nuestras actividades con lo espectacular de artistas como Christo, Kapoor y Eliasson, lo que hacemos son tenues actos que llegan a un número de receptores tan pequeño, que sólo se convierten en la necesidad interna de expresar lo que nos “quema”; mientras que en el laberinto de información desaparecen como la nieve que caía por la noche y por la mañana ni siquiera lo supimos.
Por otro lado dudo del sentido de crear más artefactos que llenen el mundo que ya está lleno de basura. De tal modos siento que dejan de provocar la deseada reflexión sobre la problemática del mundo contemporáneo. Aunque confieso que aquella sensación, aquella impresión todavía percibo de algunas obras del arte de la pintura o gráfica. No es que ya están muertas. De vez en cuando me topo con algunos ejemplos de gran impacto.
Empero la cantidad de mis obras disminuye proporcional a las dudas y preguntas sobre el sentido de esa producción. ¿De todos modos, cuántas composiciones puedes pintar? Ahora pintaré el paisaje en la mañana, mañana al anochecer, ahora en rojos, en un momento en azules. Otro día sobre la situación del individuo. Todo ya ha sido dicho. ¿Y qué aporta esto al desarrollo de mí como creador? ¿Me permite descubrir aquellos depósitos en las profundidades que –como alguien que creció con un pincel y luego durante casi diez años lo dejó– me darían una sensación de la plenitud interna? Sé que a lo mejor esto halaga nuestra alma artísticas, pero no estoy segura si la desarrolla. Sólo da una breve sensación de satisfacción, ¿y qué sigue?
Durante años cuando dejé pintura mi cabeza estaba en un lugar diferente, los tiempos también eran diferentes: llegue a un territorio desconocido, me estrené como madre, estaba adaptándome a la vida completamente distinta de la que llevaba anteriormente, cambié el idioma, cambié la identidad; igualmente seguía mi interés e instinto profundizando en las ciencias humanas porque esa era aquella verdadera chispa que me impulsó a ser artista. Al concluir enfermería volví a la pintura y el mundo de los pintores, y fue otra vez con la energía y ánimo.
Sin embargo, actualmente, la conciencia de los cambios que se están produciendo en el mundo me ha empujado a plantear una vez más la misma cuestión sobre el sentido de tales acciones: producir cuadros, dibujos, grabados etc.
Estamos presenciando el cambio del paradigma y el lenguaje que usamos también se está volviendo arcaico y no sigue el ritmo del cambio. Se ha estado hablando sobre la necesidad de “unbecoming” y “unlearning” durante años. Vivimos en el momento del gran giro de la civilización, después de 3 mil años, pero realmente nuevo está naciendo lenta e imperceptiblemente.
Para el artista contemporáneo, desde ya hace un tiempo, la investigación es la parte fundamental de producción. Esa búsqueda de comprensión y saber, de idear explorando para contribuir en el desarrollo de un campo de conocimiento que también implica la sistematización, para permitir por lo consiguiente la divulgación y enseñanza.
Por lo consiguiente para mi investigación, que definitivamente tiene su base en los procesos creativos enlazados con arte acción y la necesidad de expandir la pintura más allá de su campo tradicional (¿proceso pedagógico?), voy a utilizar un grupo de herramientas metodológicas que traspasan diferentes disciplinas y áreas de estudio y conllevan las fases de la investigación social: desde la recolección de datos, análisis, interpretación y representación. Estas herramientas se han adaptado a la investigación social en las artes creativas, lo que presenta Patricia Leavy (2009) como las extensiones de las formas cualitativas de investigación científica; y por ejemplo en el capítulo 3: Poesía e investigación cualitativa de Method meets art: art-based research practice (2009) defiende la relevancia de la expresión poética en la representación de datos de investigación. Lo que pretendo aprovechar para los fines artísticos de mi proyecto, cual también apoyaré –entre otras– en las técnicas móviles como es la observación participante y la deriva. Las considero oportunas para la recopilación de datos y un estudio de la vida y obra de los artistas extranjeros en Yucatán. De igual manera estimo como pertinente emplear análisis metafórico para explorar de manera multidisciplinaria imagen del pájaro pintado, apoyándome en el principio metodológico que ostenta un lazo coherente entre la teoría y las herramientas de recolección y análisis de datos (Geertz, 1990, pag. 20, después de Zalpa, 2014, pag. 150). Partiendo de lo que plantea Genaro Zalpa (2014, pag. 150) parafraseando a Geertz (1990, pag. 20): “si la cultura se define como significación, la metodología no puede ser sino interpretativa”. Susan Sontag por su parte también afirma que “no es posible pensar sin metáforas” (Sontag, 1996, pag. 93).
Por ende mi proyecto además de la parte reflexivo-teórica consta de unas intervenciones in situ con las instalaciones comprendidas como pintura en el campo expandido que sería la traducción artística y la parte experimental, creativa y poética del proceso de la investigación. En este contexto opino que es necesario el uso de la transdisciplina, ya que se adapta a mis necesidades, y las experiencias fragmentadas, para estudios de los casos a partir del análisis metafórico –que considero mi guía de todos los métodos– que comparte la lógica constitutiva de los fenómenos estudiados desplegando una red de sentidos espaciales y simbólicos. Un modelo que integra la metáfora conceptual, los esquemas de imagen, la dinámica de fuerzas en contexto de las relaciones entre el individuo y la sociedad; la correspondencia dicotómica: pájaro pintado (diferencia) y la visión de multitud (repetición) como metáfora de la situación del artista extranjero en un contexto ajeno. Y aquí me voy a apoyar también en la metodología que parte del concepto de “inmanencia” que le da a la investigación ese toque de la perspectiva del ser individual. Porqué me interesa igual, emplear nociones como el ser, la subjetividad y la autobiografía como las herramientas metodológicas, cuales incluyen la práctica reflexiva, la auto-etnografía y los estudios de “performance”, entre otros. Quiero tomar como recurso la narrativa propia del sujeto, es decir la autobiografía como una manera de explicar fenómenos sociales, artísticos y culturales más amplios (Righetti, 2006).
Tanto mi proyecto como la novela se basan en una ficción. Son impresiones subjetivas y no un registro, ni un documental. Narrar la historia es contar un cuento. Entrar en el cuento es aceptar la ficción, sus sofisticadas o ilógicas reglas internas del mundo re-creado.
La narración puede diferir de la historia oficial (también la historia oficial del momento). Cuando relato mis experiencias estoy consciente de que la memoria es un proceso del ensamblaje. Las percepciones y las sensaciones son bichos caprichosos y efímeros.
Recordar un pasado es a la vez reconocer la distorsión de la memoria y de la subjetividad. La perspectiva intelectual y sensibilidad cambian y traicionan toda la intención mimética de relatar los hechos objetivos. “Lo irreal del pasado” adorna la autobiografía con rasgos de diegesis, de ficción. Es una re-elaboración de lo vivido, y por lo tanto una invención de los acontecimientos mas que una copia fiel.
Decía Jorge Luis Borges en la conferencia en año 1980 que: “El hombre cree dibujar el mundo y, en realidad, dibuja su propio rostro”. Así me encuentro ante presente proyecto y la producción artística. Por mucho que intentaba escaparme de mí “mismisidad” en los proyectos y obras que hacía siempre termino dando ejemplos, y refiriéndome a mí misma.
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